Sin querer parecer cliché, queridos lectores, hoy quiero provocar una pausa en estas ajetreadas vidas que llevamos. Así que pido un momento de vuestro preciado tiempo para mirar a los monstruos que acechan cuando el silencio aparece.                      Cuando el hombre calla los demonios acechan. Nos pasamos toda la vida viviendo haciendo grandes cosas haciéndonos notar pero en el momento en que nos callamos nos damos cuenta de que no podemos ni con nosotros mismos. Cierto es que el cuadro pone que la carencia de razón es lo que produce monstruos, pero y si es esa misma razón la que los crea, pues esta es la que nos hace temernos, aborrecernos. Por eso ya no buscamos la razón, la dejamos huimos de ella, ya no es necesaria. Y aquí me hayo divagando después de gritar, molestar y soltar locuras. Hipócrita, puede.